El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha anunciado una nueva iniciativa para acelerar la producción nacional de drones de bajo coste, con el objetivo de garantizar la supremacía en escenarios de combate ante el auge de amenazas tecnológicamente asimétricas. Este movimiento, respaldado por una orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump el pasado 6 de junio, contempla el uso de tecnologías innovadoras de la industria y un fuerte respaldo a la producción nacional de sistemas no tripulados.
Durante una jornada celebrada recientemente en el Pentágono, se exhibieron 18 prototipos de drones diseñados y fabricados en el país, muchos de ellos desarrollados en tan solo 18 meses, un plazo significativamente reducido frente al ciclo de desarrollo tradicional, que puede extenderse hasta seis años. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, calificó los diseños como ejemplos de "pensamiento disruptivo", destacando su producción rápida basada en componentes estándar, lo que permite responder con agilidad a las demandas del campo de batalla.
Por su parte, el subsecretario de Defensa para Investigación e Ingeniería, Emil Michael, explicó que esta estrategia se centrará en cuatro pilares: coste, resiliencia, potencia de fuego y alcance, con el objetivo de ampliar rápidamente la producción de drones eficaces, asequibles y adaptables a distintos entornos operativos.
Según dealló Hegseth, el plan estratégico tiene tres objetivos clave: priorizar la compra de drones y componentes de fabricación estadounidense, con apoyo de capital privado de la industria nacional; dotar a las unidades de combate con drones de bajo coste, desarrollados por ingenieros y expertos en inteligencia artificial líderes en el sector; y fomentar el entrenamiento realista con drones, en escenarios de combate dirigidos por mandos innovadores y no reacios al riesgo.
La nueva política está respaldada por medidas regulatorias que buscan reducir barreras. La Administración Federal de Aviación (FAA) y el Departamento de Defensa trabajarán de forma coordinada para acelerar la aprobación de operaciones de entrenamiento y ampliar el acceso al espacio aéreo. Además, en un memorándum suscrito a 10 de julio de 2025, Hegseth comunicó la rescisión de políticas restrictivas que, hasta ahora, dificultaban el desarrollo y la producción de estos sistemas.
“Los drones son la mayor innovación en el campo de batalla en una generación”, afirmó el secretario de Defensa, subrayando también que “son responsables de la mayoría de las bajas en Ucrania este año”. A pesar de los avances tecnológicos del país, advirtió que el ejército estadounidense todavía carece de las cantidades necesarias de drones pequeños, letales y asequibles, mientras que sus adversarios ya fabrican millones de unidades anualmente.
Este cambio de paradigma busca construir una ventaja industrial estratégica, basada en agilidad, innovación y producción en masa, con el objetivo de transformar la forma en que Estados Unidos responde a las amenazas actuales y futuras.