Airbus Defence and Space avanza en la adaptación del avión de transporte militar A400M a los nuevos escenarios operativos, con el objetivo de convertirlo en una plataforma nodriza para drones, capaz de desplegar y coordinar sistemas aéreos no tripulados en entornos de alta exigencia. La iniciativa forma parte del compromiso de la compañía por mantener la relevancia operativa del modelo a largo plazo, en colaboración con socios industriales y proveedores clave.
Las pruebas para validar esta capacidad ya están en marcha. A finales de 2022, Airbus, junto a varios socios industriales, llevó a cabo el lanzamiento exitoso de un demostrador de portador remoto desde un A400M, un primer paso hacia la integración completa de este tipo de misiones en el marco de operaciones reales.
Allanando el terreno para la llegada del FCAS
Gracias a su elevada capacidad de carga útil y alcance, el A400M podría transportar hasta 50 "Remote Carriers" ligeros o 12 pesados, acercándolos al teatro de operaciones y, llegado el caso, comandando su despliegue en vuelo. Este concepto se alinea con la arquitectura prevista en el Futuro Sistema de Combate Aéreo (FCAS), donde la interoperabilidad entre sistemas tripulados y no tripulados es un elemento central.
La evolución del A400M hacia nuevas funciones refleja una visión estratégica: aprovechar plataformas existentes para asumir roles operativos más versátiles, incluyendo tareas como nodriza de sistemas aéreos no tripulados, enlace de comunicaciones, centro de mando aéreo o lanzador de efectos remotos. El desarrollo responde a la creciente relevancia de los sistemas no tripulados como multiplicadores de fuerza, especialmente en operaciones en entornos disputados.
Nodo aéreo de comunicaciones en red
Además de su rol como lanzador de drones, el A400M se perfila como una futura plataforma de comunicaciones en red. La conectividad es hoy un factor crítico para el éxito de las operaciones militares, y lo será aún más con la llegada del FCAS, que a partir de 2040 conectará múltiples plataformas aéreas, navales y terrestres mediante la denominada Nube de Combate, encargada de centralizar, procesar y redistribuir datos tácticos en tiempo real.
Actualmente, la aeronave cuenta con radios encriptadas y herramientas de comunicación heredadas del sector civil, principalmente de banda estrecha, suficientes para voz y datos básicos. No obstante, para adaptarse a los nuevos entornos, será necesaria la transición hacia sistemas de banda ancha con conectividad satelital. Esta capacidad permitiría enviar y recibir grandes volúmenes de datos desde cualquier parte del mundo, incluyendo transmisión de vídeo en directo desde misiones en curso.
Como solución redundante ante la pérdida de enlace satelital, el avión podría comunicarse mediante línea de visión directa con otras plataformas aéreas o unidades terrestres desplegadas. Este salto cualitativo transformaría al A400M en un centro de mando aéreo, capaz de recopilar información desde múltiples sensores, retransmitirla a la nube y asistir en la toma de decisiones tácticas en tiempo casi real.