El 21 de octubre de 2024, la Secretaría de Estado de Defensa autorizaba la iniciación del expediente para la adquisición de un sistema antidrón para la protección de la base naval de Rota ante cualquier tipo de aeronave no tripulada.
La Armada explicaba en la memoria justificativa del contrato que “la evolución de la amenaza relacionada con el empleo de UAS o municiones merodeadoras en territorio nacional, hace necesaria la adopción de soluciones interinas y urgentes que permitan alcanzar una mínima capacidad C-UAS hasta la llegada de los sistemas definitivos a través de los programas conjuntos de obtención en curso, con el objetivo de reforzar las capacidades de autodefensa de los buques e instalaciones de la Armada en la Base Naval de Rota”.
Poco después, el 5 de diciembre, se formalizaba entre la empresa Target Tecnología y la Armada española el contrato que formalizaba dicha compra por un importe total de 629.200 euros, “siendo el plazo total de ejecución desde la formalización del contrato hasta el 31 de diciembre de 2024 o hasta agotar el crédito (lo que antes sucediese)”.
La solución elegida fue el sistema EnforceAir 2, fabricado por la firma israelí D-Fend Solutions, que puede funcionar en modo autónomo o manual, detecta, localiza e identifica los drones hostiles presentes en su espacio aéreo y es capaz de neutralizar la amenaza permitiendo tomar el control completo del dron y aterrizarlo de manera segura en una zona predefinida. Además, como el sistema no depende de las tecnologías de interferencia o cinéticas, evita los daños colaterales, interferencias, alteraciones y perturbaciones. De este modo, no afecta al resto de operaciones en marcha que puedan estar llevándose a cabo en la base.
Problemas desde el principio
Sin embargo, desde el principio el contrato empezó a sufrir retrasos y, así, solo unos días después de la firma, el 13 de diciembre, se acordaba ampliar el plazo de ejecución hasta el 31 de marzo de 2025 y, de nuevo, con fecha 17 de marzo de 2025, mediante resolución del general de brigada de Intendencia, se aprobaba ampliar otra vez el plazo de ejecución del contrato hasta el pasado lunes, 30 de junio.
Pero el problema está lejos aún de solucionarse pues el pasado 2 de junio, poco antes de que cumpliera el último plazo, la empresa contratista, Target Tecnología, comunicaba a la Armada que seguían teniendo problemas con “la obtención de las licencias de exportación e importación necesarias para el transporte del sistema EnforceAir2, fabricado por Israel, país donde el equipo se encuentra actualmente tal y como fue indicado en la anterior resolución de ampliación. El Ministerio de Comercio no ha aprobado, hasta la fecha, la concesión de la licencia de importación, continuando la misma situación comercial con Israel; solicitándose, por lo tanto, una tercera y última ampliación del plazo de ejecución desde el 1 de julio de 2025 hasta el 30 de diciembre de 2025”.
Así, según la compañía española que hace de intermediaria entre el fabricante, la empresa israelí D-Fend Solutions, y la Armada, el problema para la llegada a nuestro país del sistema estaría en la falta de la licencia correspondiente que debe expedir el Ministerio de Comercio y que no entregaría por la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de aprobar un embargo de armas a Israel.
Tras esta declaración, el almirante Segundo Jefe del Estado Mayor de la Armada recordaba la necesidad de adoptar soluciones “interinas y urgentes que permitan alcanzar una mínima capacidad C-UAS, hasta la llegada de los sistemas definitivos, para garantizar un refuerzo en las capacidades de autodefensa de los buques e instalaciones de la Armada en la Base Naval de Rota y, por lo tanto, dada esta imperiosa necesidad, no se puede demorar más allá la recepción del 15 de septiembre de 2025”, siendo esta última fecha inaplazable.
Así quedaba reflejado en un documento subido a la Plataforma de Contratación del Sector Público y firmado por el general de Intendencia y director de Economía de la Jefatura de Apoyo Logístico (JAL), Jaime Montero Fernández de Bobadilla.
No es la primera vez que las Fuerzas Armadas españolas eligen este sistema EnforceAir 2 de procedencia israelí. De hecho, al menos dos unidades estarían ya en poder del Ejército del Aire y del Espacio. Se trata de una solución de probada eficacia y que es la misma que protegía al papa Francisco I en sus visitas internacionales y que está probando la Administración Federal de Estados Unidos en algunos de sus aeropuertos.
Una de las principales ventajas de este sistema es que en la última versión se puede transportar en una mochila lo que hace posible su despliegue en operaciones tácticas.
La solución, según el fabricante, permite a los drones cercanos autorizados continuar sus operaciones sin efectos colaterales en los sistemas de navegación o comunicaciones, daños a la infraestructura o una carga excesiva para los recursos humanos. El sistema proporciona protección y cobertura direccional de 360 grados y de largo alcance para proteger las instalaciones aeroportuarias y los corredores del espacio aéreo de despegue y aterrizaje.