La compañía neerlandesa PAL-V se alista para el lanzamiento de Liberty, su coche volador

La industria de los coches voladores ha tomado forma en el último tiempo. Recientemente, el ASKA A5 se convirtió en el primero en el mundo en obtener una licencia de la FAA, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, y tanto Hyundai como General Motors anunciaron que comenzarán su fabricación. Y si bien queda mucho camino por recorrer, lentamente se van sumando nuevos actores: la compañía neerlandesa Personal Air Land Vehicle (PAL-V) está afinando los últimos detalles para el lanzamiento de su modelo Pal-V Liberty.

A pesar de tener su homologación para circular por las carreteras europeas, el vehículo aún está en proceso de conseguir la autorización para su operación en el espacio aéreo. Durante 2021, como parte de la fase de desarrollo, se llevaron a cabo las primeras pruebas de vuelo. Al respecto, los ingenieros están trabajando en lo que definen como un Transformer: un autogiro biplaza de tres ruedas con un rotor parecido al de un helicóptero. Sin embargo, no despega verticalmente, sino que requiere una pista de 180 metros, que puede estar situada en un aeropuerto o en una propiedad privada. El propietario debe realizar manualmente el despliegue del rotor y las palas de la hélice en la sección trasera, y el resto de la transformación se lleva a cabo de forma automática.

Tecnología del Liberty

Durante el despegue, el motor acelera el rotor de 10,75 metros a 150 revoluciones por minuto. A continuación, el sistema cambia la potencia del motor a una hélice trasera, que se encarga de la propulsión. El Liberty acelera, permitiendo que el viento active el rotor en un estado de autorrotación pasiva, y finalmente se eleva en el aire a una velocidad de 300 revoluciones por minuto. Con una velocidad máxima de 180 kilómetros por hora, el piloto y el pasajero pueden volar hasta 500 kilómetros, alcanzando altitudes de hasta 3.500 metros. En condiciones terrestres, tiene una autonomía notablemente mayor: con un depósito de gasolina de 100 litros, el vehículo es capaz de recorrer 1.315 kilómetros.

Créditos: PAL-V

Componentes livianos para una reducción del peso

Uno de los desafíos más importantes de la compañía ha sido el diseño de un sistema lo más liviano posible. Por ejemplo, se han sustituido los clásicos casquillos metálicos por alternativas ligeras de polímero para que el vehículo aéreo de cuatro metros de largo, dos de ancho y 1,7 metros de altura tenga un peso total de 664 kilos. Para ello, PAL-V se ha asociado con Igus para la utilización de algunos componentes: todos los pedales están equipados con cojinetes de polímero pertenecientes a la serie G de iglidur, y los actuadores de la caja de cambios utilizan casquillos de iglidur X, un material plástico de alto rendimiento que satisface los requisitos de protección contra incendios establecidos por la Administración Federal de Aviación de EE.UU. (FAA) y puede soportar temperaturas de hasta 250 °C en funcionamiento continuo.

El ingeniero hidráulico senior de PAL-V, Sander de Roos, asegura que "en contraste con los cojinetes metálicos convencionales, los de polímero son resistentes a la corrosión. Desempeñan un funcionamiento sin lubricación ni mantenimiento y su durabilidad es excepcional, lo que les permite operar toda la vida útil estimada del vehículo aéreo, aproximadamente 30 años, sin necesidad de sustitución".

Precios

La propia compañía reconoce que el coche volador no sería económico. La variante Sport Edition tendría un costo aproximado de 300.000 euros, mientras que el Pioneer Edition estaría en torno a los 500.000. De todas maneras, se estima que representan una octava parte del costo de los helicópteros convencionales. Para poder conducir el vehículo, los usuarios necesitan obtener una licencia de piloto adecuada, como la Licencia de Piloto de Avión Ligero (LAPL) o la Licencia de Piloto Privado (PLL). Con el fin de respaldar este requisito, PAL-V ha establecido su propia academia de vuelo.