E. Plaza Conyca "La Armada estadounidense ha mostrado interés en nuestro sistema"
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E. Plaza Conyca "La Armada estadounidense ha mostrado interés en nuestro sistema"

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Enrique Plaza (Madrid, 1987) es el responsable de sistemas aéreos no tripulados (UAS) de la firma Conyca, desarrolladora de drones de uso tanto civil como militar. En ese sector, destaca la colaboración de la empresa con el Proyecto Rapaz de adquisición de drones del Ejército, al que proveen el ala fija Geodrone Mapper.

Plaza destaca la versatilidad del dispositivo en el despegue, que se lleva a cabo desde un trípode sujeto con elastómeros, lo que evita el uso de lanzaderas, más costosas y complejas de utilizar. También subraya la alta estabilidad del sistema –gracias a un estabilizador– que le permitió salir airoso, según relata, de una tormenta de granizo en la Cordillera de los Andes a más de 5.000 metros de altura.

La compañía cuenta además con el multirrotor Geodrone Mapper R y un sistema aéreo remotamente pilotado (RPAS) para el entrenamiento de los pilotos.

Conyca se dedica a la fotogrametría (técnica para determinar las coordenadas y dimensiones de objetos del mundo real a partir de fotografías) para generar sobre todo mapas topográficos y modelos tridimensionales del terreno. Dentro de esta técnica, emplea también la restitución estereoscópica, que consigue una mayor precisión y fiabilidad, según detalla la empresa. 

¿Cómo contribuye Conyca al Proyecto Rapaz?

Conyca suministra dos equipos de vuelo Geodrone Mapper y una estación de tierra al Centro Geográfico del Ejército de Tierra (Ceget). Con estas plataformas, las Fuerzas Armadas ya han volado en los campos de maniobra de Alijares (Toledo), San Gregorio (Zaragoza) y El Palancar (Hoyo de Manzanares, Madrid). El sistema ha superado la primera etapa de evaluación con informes muy favorables. 

¿Qué aplicación dan a estos equipos las Fuerzas Armadas?

Para el Ejército resultan útiles a la hora de instalar bases militares, con el objetivo de comprobar qué zona es la más adecuada; para inspeccionar un área antes de emprender una misión; y antes de asentarse en terreno hostil. Esto actualmente lo hace un equipo de personas que va tomando coordenadas GPS en mano, lo que entraña algunos peligros que el dron evita. Además, es un sistema de gran precisión, con un despegue y aterrizaje sencillos y está fabricado con materiales de fácil reparación. Así, si hay algún incidente en el propio campo, el operario es capaz de arreglarlo él mismo rápidamente. Esto es muy importante en entornos hostiles.

¿Tienen perspectivas de nuevas ventas en el sector militar?

Otras unidades del Ejército están interesadas en el sistema. En cualquier caso, será cuando termine la fase de evaluación, en un año aproximadamente, cuando podremos esperar nuevas adquisiciones. También la Armada estadounidense ha mostrado interés: un coronel me dijo que no conocía ningún otro sistema con estas características.

En cuánto al ámbito civil de los drones, ¿qué ofrece Conyca respecto de sus competidores?

Ofrecemos una gran autonomía respecto a muchos sistemas en el mercado y una gran flexibilidad, al contrario que algunas grandes multinacionales. El nuestro no es un producto cerrado, sino que se adapta a las necesidades del usuario.

¿A qué clientes han vendido sus productos?

Hemos trabajado para el metro de Lima, Ferrovial, el paleontólogo Juan Luis Arsuaga en levantamientos topográficos en la sierra madrileña, empresas de ingeniería y sobre todo muchas compañías en el extranjero, porque aquí la legislación actual nos limita mucho. Por ejemplo, en Lima volamos sobre 2.500 hectáreas de suelo urbano sin incidentes; en España sería completamente inviable.

¿Qué otros países de la región han mostrado interés en sus productos?

En Perú sigue habiendo contactos. Guatemala, Honduras y Chile también se han interesado.

Más allá de España y Latinoamérica ¿prevén expandirse a otros mercados?

Estamos intentando abrir camino en África y en Portugal hemos recibido muestras de interés desde el ámbito universitario.

¿Están desarrollando mejoras de sus sistemas actuales o diseñando nuevos modelos?

Tenemos un nuevo modelo en desarrollo: el Geodrone XL, que tendrá más de dos horas de autonomía, una velocidad de 80 kilómetros por hora y una carga de pago de entre medio y dos kilos, en función de los requerimientos del cliente. Estará también destinado a la fotogrametría, aunque hemos pensado darle un enfoque de vigilancia y seguridad. Además, tenemos un proyecto en fase inicial de un multirrotor cautivo que vuela mientras está anclado al suelo por un cable. Al estar conectado a un generador de corriente en el suelo, posee una enorme autonomía. También estamos desarrollando un software más avanzado que permitirá conectarse a través de una caja sin necesidad de instalar el programa y estamos probando un sistema GPS de navegación cinética en tiempo real (RTK, por sus siglas en inglés) para que el UAV pueda funcionar prácticamente sin introducir coordenadas.

¿Cómo valora la futura normativa de la Agencia Española de Seguridad Aérea (Aesa) sobre drones profesionales?

Va en la buena dirección, pero a nosotros por el momento se nos queda corta. Si se limita la zona donde hay más oportunidades de negocio, que es el área urbana, el sector es menos atractivo y España se irá quedando atrás en relación a otros países. Con las inspecciones necesarias y cumpliendo una serie de requisitos, no tiene por qué haber problemas.

Imagen: Flavia de Farraces / Infodron.es y Conyca



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