GA-ASI completa la primera prueba de fatiga a gran escala de un dron de la gama MQ-9B
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GA-ASI completa la primera prueba de fatiga a gran escala de un dron de la gama MQ-9B

Este hito representa un importante paso en la validación del diseño del fuselaje y en la certificación de la plataforma según los requisitos de la OTAN
GAASI prueba fatiga
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La compañía estadounidense General Atomics Aeronautical Systems (GA-ASI), contratista militar y subsidiaria de General Atomics especializada en el diseño y fabricación de UAV, ha completado la primera prueba de fatiga a gran escala de un dron MQ-9B. Estos test, equivalentes a 40.000 horas de vuelo, forman parte del proceso de certificación de la aeronave según el estándar Stanag 4671 de la OTAN, destinado a validar el diseño del sistema de fuselaje durante tres ciclos completos de vida útil.

Durante estas pruebas, llevadas a cabo en el Instituto Nacional de Investigación de Aviación de la Universidad Estatal de Wichita (Kansas), se aplicaron distintas cargas de forma repetida en puntos clave del RPAS, con el objetivo de identificar posibles deficiencias estructurales y de ayudar al desarrollo de programas de inspección y mantenimiento temprano. Los resultados obtenidos se utilizarán como parte de la documentación requerida para la certificación y formarán también una base para las futuras inspecciones de componentes estructurales críticos. 

El MQ-9B y las variantes SkyGuardian, SeaGuardian y Protector RG Mk1 son los sistemas más avanzados que ha desarrollado GA-ASI. El vicepresidente de este programa en Europa, Chris Dusseault, explicó que “las pruebas de fatiga a gran escala son una parte integral de la validación del diseño del fuselaje y un aporte clave para la certificación del mismo”. Dusseault añadió que “la finalización de estos test genera confianza en que la estructura del avión cumple con el estricto rigor de diseño y es un sistema maduro para la entrada en servicio”.

Esta campaña es la primera de un total de tres, que se irán completando en los próximos años. Tanto esta primera fase, como la segunda, simulan la operación de la aeronave en condiciones de vuelo normal. Por el contrario, durante la tercera etapa se inflingirán daños intencionales en partes sensibles del fuselaje, para demostrar su capacidad de resistencia a impactos y el deterioro operativo que el dron experimentará durante su vida útil. 



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