Los narcotraficantes llevan años aplicando la "técnica de los parásitos": adherir fardos de droga a las embarcaciones por debajo de su línea de flotación. Imperceptibles para el ojo humano, pero no para la tecnología dron. Según El País, la Guardia Civil acaba de adquirir diez sistemas submarinos para combatir este modus operandi.
Según ha trascendido, las pértigas utilizadas hasta ahora han demostrado ser "inadecuadas", por eso se hace "necesaria" la adquisición de estas naves. Los diez ROV (remotely operated vehicle) deben estar operativos antes de noviembre para ser desplegados en los puertos de Barcelona, Bilbao, Málaga, Vigo, Puerto de la Luz (Las Palmas), Santa Cruz de Tenerife, Alicante, Santander, Algeciras y Valencia. De acuerdo a organismos internacionales, estos dos últimos son de los lugares donde más cocaína se incauta en Europa.
El Ministerio del Interior habría invertido 25.000 euros, financiados en parte con fondos de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF). El concurso, al que únicamente se presentaron dos empresas, ha sido ganado por Saborit Internacional S. L., una mercantil madrileña especializada en la comercialización de material policial y de seguridad. En conversación con Infodron, el product manager de Saborit, Luis Casañas de Castro, no reveló la marca de los drones, pero descartó que se trate de los Defender, como había trascendido en algunos medios de prensa.
De todas maneras, los vehículos subacuáticos tienen un peso inferior a cinco kilos y pueden sumergirse a 100 metros de profundidad. Poseen una cámara de alta definición y focos que permiten inspeccionar los cascos incluso “en condiciones de poca luminosidad y entornos subacuáticos complicados”. Tienen una autonomía de seis horas y una velocidad máxima de cuatro nudos.
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