Latinoamérica, sin un único organismo regulador para drones pero con líneas comunes
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Latinoamérica, sin un único organismo regulador para drones pero con líneas comunes

Foto Infodron
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La normativa en materia de drones en Latinoamérica sigue líneas comunes a pesar de no contar con un mismo organismo regulador. Algunas de estas líneas compartidas son las categorías de vuelo según las características del equipo, el peso, el tipo de operación, los requisitos de certificación, los exámenes de piloto y el registro.

Además, La mayoría de los países también tienen reglas de altura máxima, como 120 metros sobre el nivel del suelo (400 pies). En general, los países han formulado sus reglas en términos familiares internacionalmente, con el objetivo de mantener la seguridad y la protección, según indica Drone Life.

Daniel Conde, cofundador de la Asociación de Profesionales de Drones (APD - Drones) y la Asociación de Profesionales de Pilotos (APD - Pilots), indica que “la implementación es quizás lo que hace de América Latina un grupo interesante de países”.

En Latinoamérica "queda mucho por hacer"

 

“Las regulaciones de drones en América Latina se están desarrollando rápidamente, pero queda mucho trabajo por hacer”, afirma Daniel Conde a Drone Life. Conde trabaja para llevar la tecnología de drones donde más se necesita en América Latina, desarrollando programas como la red Humanitarian Drone y la Iberoamerican Drone Conference (IDC, por sus siglas en inglés). Aquí, ofrece una explicación del sistema regulatorio latinoamericano, predicciones para el futuro y dónde encontrar la mejor información para operar allí.

Conde: "Sería ideal tener un conjunto de reglas comunes"

 

Según Conde, los países de América Latina aún no cuentan con un organismo regulador general para crear una guía de políticas de alto nivel. Sin embargo, al igual que sucede en África, cada país tiene sus propias regulaciones. “En América Latina, quizás nos complicamos demasiado la vida. Estamos formados por muchos países medianos y pequeños y solo tenemos un par de países grandes como Brasil y México. Cada uno tiene su propia forma idiosincrásica de pensar, de ver la vida y, por lo tanto, sus propias reglas de drones”, señala. Y añade que “tener al menos un conjunto de reglas comunes, donde cada país todavía puede agregar su propia huella digital, sería ideal. Esto es lo que espero ver en el futuro”.

Colombia utiliza tres categorías: en abierto, regulado y certificado

 

En cuanto a Colombia, el país emitió su primera regulación en septiembre de 2015 y la actualizó en 2018. Al igual que las categorías Sora de Jarus utilizadas por muchos países (abierto, específico, certificado), Colombia también tiene tres categorías: en abierto, regulado y certificado. Por otro lado, las regulaciones actuales de drones colombianos apoyan varios casos de uso comunes, incluida la fotogrametría para arquitectura, arqueología e ingeniería civil; filmación y fotografía y agricultura.

Aunque, por otro lado, Colombia no ha abordado los complejos problemas de la identificación remota (RID) o la gestión del tráfico no tripulado (UTM). Conde informa de que la mayoría de los países latinoamericanos están trabajando en estos temas. “El dinero que se suponía que se usaría para programas de investigación y desarrollo ahora se está usando para el alivio de la Covid y la gestión de la crisis relacionada, 100% comprensible. Simplemente no sé cuándo se incorporará UTM/RID”, concluye Conde.

 

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