La Royal Navy integra un dron Puma como los "ojos voladores" de un helicóptero cazador de submarinos Merlin Mk2
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La Royal Navy integra un dron Puma como los "ojos voladores" de un helicóptero cazador de submarinos Merlin Mk2

Se trata de la primera vez que la fuerza naval británica utiliza un UAS para ayudar a dirigir las acciones de aeronaves tripuladas
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UAS Puma volando junto con un helicóptero caza submarinos Merlin Mk2 de la Royal Navy. Firma: Royal Navy
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Por primera vez en su historia, la Royal Navy británica ha utilizado un sistema aéreo no tripulado para dirigir las acciones de aeronaves tripuladas y ayudar a sentar las bases para la transición a una nueva era de la aviación marítima. Durante los ensayos, una plataforma Puma actuó como los "ojos voladores" de un Merlin Mk2, el cazador de submarinos de la fuerza naval del país, que apagó su radar y confió en los datos remitidos por el UAS para acercarse a buques sospechosos en el Atlántico.

Gracias a su potente conjunto de sensores, este helicóptero de varios millones de libras se configura como una herramienta clave en la búsqueda de posibles amenazas de superficie. En comparación, el Puma es uno de los drones más pequeños de la Fleet Air Arm, de poco más de 1,20 metros de largo y 2,7 metros de envergadura, pero no por ello menos importante o capaz. Operado por controladores ubicados en un barco o en tierra, la aeronave puede volar durante más de dos horas sin pausa, enviando información o grabando imágenes para brindar un reconocimiento vital del terreno y recabar inteligencia crítica.

En concreto, en el Reino Unido, estos drones están en servicio en el Escuadrón Aéreo Naval 700X, radicado en la Base Aérea Naval de Culdroes, en Cornualles, dedicado a explotar tecnologías no tripuladas. En palabras del comandante de la instalación militar, capitán James Hall, el equipo está ampliando los límites para fusionar la aviación tripulada y no tripulada, con el objetivo de crear un poder aéreo totalmente integrado, siendo importante destacar que, "si bien este es solo un paso relativamente pequeño, sentará las bases para poder construir un ala aérea híbrida e integrada en el futuro".

Hall también aseguró que "el desafío para las tripulaciones desplegadas es identificar dónde los drones pueden apoyar capacidades de combate, por lo que estos ensayos permiten un gran avance en la ambición de operar rutinariamente sistemas aéreos no tripulados y tripulados durante la misma operación".

Para la Royal Navy, el concepto clave aquí es lo que se conoce como efecto multiplicador de la fuerza, es decir, la capacidad de aumentar la efectividad combinando recursos aéreos y marítimos, en lugar de si trabajara individualmente. No obstante, la combinación de tales sistemas plantea múltiples desafíos como, por ejemplo, cómo las aeronaves trabajan juntas de forma segura, cómo se transmiten con precisión los datos desde los drones al barco y a la tripulación o cómo se puede actuar en función de esa información.

Estos no son desafíos triviales, por lo que la Marina Real desarrolla constantemente soluciones para estos problemas a medida que se avanza hacia una nueva era de la aviación marítima, en la que las nuevas tecnologías permitirán detectar, disuadir y derrotar amenazas a mayor distancia y garantizar la resiliencia operativa.



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