España se enfrenta en 2023 al reto de armar el Predator e impulsar los vuelos con aerotaxis

El sector de la aviación no tripulada está en pleno auge. En un mundo donde cada vez se apuesta más por la sostenibilidad y el medio ambiente, los drones y, concretamente los UAV eléctricos cumplen un papel fundamental y, cada vez más, se antojan fundamentales.

El ámbito de la Movilidad Aérea Avanzada va poco a poco desarrollándose y 2023 será un año clave para la fase de pruebas de validación y certificación de las aeronaves. Para ello, muchas empresas ya están realizando pruebas, en el Centro de vuelos experimentales Atlas de Villacarrillo, en Jaén. Lilium está realizando una campaña de ensayos en la que se han realizado vuelos a más de 150 kilómetros por hora.

Otras empresas como Umiles e Ehang también siguen avanzando en su proceso de validación y de pruebas y se espera que en 2023 hayan logrado algunos hitos con sus aerotaxis. Quizás podamos ver los primeros vuelos (de prueba) con pasajeros.

Y para realizar estas pruebas será clave también la apertura del Centro de Experimentación del Arenosillo (CEUS) perteneciente al Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), que en palabras del coronel Carlos Maestro en la séptima edición de UNVEX, “espera convertirse en un centro único por su aislamiento estratégico, su excepcional orografía, climatología óptima, buen aislamiento y el gran espacio aéreo restringido con el que contamos”. El proyecto se encuentra en la fase dos y se espera que esté terminado el 15 de noviembre de 2023.

El proyecto CEUS es una actuación promovida conjuntamente por el INTA, adscrito al Ministerio de Defensa, y la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (IDEA). Gracias a los fondos Feder se han destinado 28 millones de euros (cofinanciados un 20% por el CDTI) al proyecto.

Armar los drones

El Predator B es el gigante de los drones que posee España. Hace no muchos años el gobierno planteó armarlo, pues este UAV de gran envergadura tiene posibilidad de portar misiles como los Hellfire, por ejemplo, sin embargo, por cuestiones políticas se acabó denegando la propuesta. 2022 ha sido un año en el que el estallido de la guerra de Ucrania ha dado muchas lecciones y ha mostrado la importancia de los drones armados en el combate.

El próximo año quizás España deba plantearse modernizar su flota y dotar de armamento al Predator o adquirir drones kamikaze. Arquimea ya ha desarrollado su propia munición merodeadora de fabricación nacional y Aerocámaras un dron bombardero cuya efectividad se irá probando el año que viene.

El 2023 será en definitiva, el año que verá despegar la Movilidad Aérea Urbana, comenzarán las entregas logísticas en España y el Ministerio de Defensa deberá enfrentarse al reto de armar el Predator.

Otros países como Turquía esperan que entre en operación su caza no tripulado Kizilelma, el primero del mundo en volar, fabricado por la empresa Baykar.