El ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, visitó hace escasas semanas Marruecos en medio de la crisis que este país atreviesa con su vecino Argelia. De esa visita nació un acuerdo de cooperación militar cuyos efectos empiezan a hacerse visibles en pleno conflicto del Sáhara Occidental. La empresa Israel Aerospace Industries (IAI) se ha beneficiado de esta relación y suministrará a Marruecos drones kamikaze por valor de 22 millones de dólares.
Entre otros modelos, IAI fabrica el dron suicida Harop, un pequeño avión no tripulado con un radio de acción de más de 1.000 kilómetros, difícilmente detectable por los radares y capaz de transportar más de 20 kilos de carga explosiva.
El Frente Polisario ha denunciado la muerte desde mediados de noviembre de una docena de civiles en bombardeos con drones en el Sáhara Occidental, atribuyendo la responsabilidad al Ejército marroquí.
Fábrica de drones
Según informó Shephard Media, una publicación con sede en Londres especializada en Defensa, ambos países firmaron también otro acuerdo para la construcción de dos fábricas de drones en Marruecos. Los dispositivos estarán destinados a misiones de ataque e inteligencia.
El pasado 21 de noviembre la cuenta oficial del Ejército marroquí en Facebook ya informó de la adquisición del sistema antidrón israelí Skylock Dome, otro dato que corrobora el interés del país magrebí por la industria armamentista de Israel.