Robomotic y la Universidad Católica desarrollan un dron pastor

La empresa Robomotic y el Instituto profesional y de formación técnica Duoc de la Universidad Católica se han unido en un proyecto para desarrollar un dron pastor que ayude a los profesionales de la ganadería a controlar sus reses.

Robomotic es parte del plan de práctica del instituto Duoc de la Universidad Católica y tiene un equipo de ocho alumnos que están dedicados a encontrar patrones con las imágenes que toman los drones, esta idea surgió a partir de un cliente que quería contar sus cabezas de ganado con un dron por lo que se encuentran trabajando con los UAV y cámaras térmicas, la idea es dividir el espacio en el cual se encuentran las vacas en cuadrantes, posicionar el dron y sacar fotos para luego ingresarlas en el sistema y así contar cuantas “manchas térmicas” hay.

Esta empresa chilena está orientada al desarrollo de tecnología y automatización, que no sólo se dedica a los drones, también ofrece edificios inteligentes, soluciones en minería y sanitarias, seguridad, servicios informáticos y vehículos no tripulados. Sin embargo, Munizaga comentó que hoy en día la industria de los drones está en alza, por lo que se han enfocado a esto particularmente. En este sentido es importante mencionar que Robomotic fabrica sus propios drones, lo que le permite equiparlos y construirlos en base a las necesidades de los clientes, complementándolos con piezas diseñadas en impresoras 3D. La empresa nació en enero de este año y Alberto Munizaga es uno de sus tres socios fundadores. Infodron ha charlado con él para conocer la situación actual de su empresa, del sector y su proyección en Chile.

Una herramienta útil en muchos sectores

La agricultura es uno de los grandes mercados de los drones hoy en día y Chile, como país productor, está poniéndose al día en este campo. Munizaga explicó que el costo hora/hombre de fumigación es alto, pero los drones son capaces de rociar agua o materiales químicos en su estado líquido para la agricultura, forestales y minería, estos aparatos pueden cargar hasta 15 litros de material, con una cobertura de 45.000 mt2 por día. Estos equipos poseen navegación autónoma en base al plan de vuelo de tal forma que no es necesario que un operario controle el aparato para el rociado.

Los clientes de los operadores de drones son mayoritariamente empresas privadas. Robomotic, por ejemplo, trabaja con Anglo American Chile, Aguas Andinas, Envision o RIOblanco, entre otras. Pero también entidades estatales, como Codelco, donde Robomotic ha trabajado tanto en la división Andina (control de aludes con explosivos) como El Teniente (minería), participando de una inspección de aviones con LAN, en proyectos agrícolas y está actualmente en una licitación con la Corporación Nacional Forestal (Conaf), que consiste en tres drones con la mejor cámara térmica que sean capaces de volar de forma autónoma con soporte humano y control remoto. El objetivo de Conaf es contar con una camioneta antiincendios con sistemas de control del dron, esto a raíz de los incendios forestales que afectaron al país a principios de este año.

Otro de los mercados en alza es el del mantenimiento de infraestructuras. En este ámbito, Robomotic está trabajando para que un dron cargado con una bomba de agua de alta presión limpie las líneas eléctricas de alta tensión. También se contempla la posibilidad de que un dron con una cámara térmica monitoree las pilas de lixiviacion y la distribución homogénea de la solución de ácido sulfúrico.

La normativa DAN 151

Las opciones para trabajar con drones son muchas siempre y cuando la legislación lo permita. En la actualidad existe una norma llamada DAN 151 sobre operaciones de aeronaves pilotadas a distancia (RPAS) en asuntos de interés público, que se efectúen sobre áreas pobladas de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), normativa provisional hasta que la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) elabore una permanente en 2018.

La DAN 151 señala a grandes rasgos que toda persona que desee operar un dron deberá obtener previamente una autorización de la DGAC, debe contar con credenciales y la aeronave debe estar registrada. Además, la persona debe, de forma obligatoria, emitir una declaración jurada en la que deberá indicar que el piloto ha recibido la debida instrucción. Por otro lado, el piloto debe también realizar una declaración de responsabilidad solidaria en caso de accidente. Los UAV deben pesar menos de seis kilogramos y tener paracaídas. No se podrá volar a menos de dos kilómetros de un aeropuerto o aeródromo, instalaciones de la Fuerza Aérea de Chile, áreas de incendio y otras áreas prohibidas establecidas por la normativa. Los drones podrán operarse a un máximo de 500 metros del operador y a una altura máxima de 130 metros, entre otras cosas.

En este sentido, Munizaga explicó que "la autorización depende de dónde quieran volar el dron. Cuando vendo un dron y la empresa lo quiere volar en un sector urbano, lo que hago es llevar el aparato a la DGAC para que le revisen el peso, el paracaídas y que tenga las medidas de emergencia, como por ejemplo que regrese al punto de partida si está sin batería o si se pierde el control, y con eso me dan un número de serie que queda registrado y así yo los puedo vender". Sin embargo, "el comprador tiene que tener la licencia de piloto, que debe obtener en la DGAC, pero la ficha de registro la hago yo y entrego el dron listo", aseguró.

En general, Munizaga señaló que para valor un dron hay que tener en cuenta cuatro elementos importantes: “Hay que ser consciente de cuánto combustible tengo, en este caso batería, cuáles son las condiciones climáticas, condiciones visuales y obstáculos. Teniendo claras estas cuatro condiciones yo puedo generan un plan de vuelo con la tablet donde le entrego las coordenadas y las indicaciones de altura y de la cámara, altura y movimiento, y eso genera el vuelo. Si hay algún problema, la medida de seguridad es volver o aterrizar donde esté”.

Foto: Robomotic

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