Qué podemos esperar en el sector de los drones
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Qué podemos esperar en el sector de los drones

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Los drones no constituyen o son una tecnología en sí mismos, sino más bien un agregado de ellas con un nexo de unión común que son las aplicaciones realizadas por sistemas autónomos voladores, aunque esto último parece que tiende a complementarse con sistemas terrestres , marinos o submarinos constituyéndose en sistemas autónomos heterogéneos con capacidad para realizar las más diversas tareas. El gran valor añadido del sector de los drones proviene de la integración de tecnologías, no de una tecnología concreta.

España viene apostando por los sistemas aéreos no tripulados desde hace muchos años. Revisando los planes nacionales de I+D y los regionales, aparecen ya como líneas de interés hace casi diez años, mucho antes del gran boom experimentado entre el público en general en los últimos tiempos. A día de hoy es un sector estratégico tecnológicamente para España y se encuentra incluido entre las temáticas prioritarias de la estrategia de especialización inteligente impulsada por la Comisión Europea en el marco del nuevo programa de desarrollo y presupuestos 2014-2020 (RIS3) en al menos dos regiones: la andaluza y gallega.

En el Centro de Ensayos de El Arenosillo (CEDEA), perteneciente al INTA, se llevan usando sistemas no tripulados, como blancos aéreos, más de dos décadas, atesorando una experiencia y conocimiento que sería muy difícil encontrar en lo que a operaciones se refiere, en ningún otro centro europeo. Desde el mismo INTA se ha impulsado y liderado el desarrollo de plataformas aéreas no tripuladas con notable éxito, habiéndose transferido una de ellas hace unos meses a Brasil, lo cual prueba la capacidad del centro. Por otra parte, desde FADA-CATEC se lleva trabajando ya algunos años en el desarrollo de tecnologías novedosas con notable éxito y reconocimiento internacional, especialmente en el marco del programa marco anterior (FP7) y ya se trabaja en algunos proyectos en el marco del nuevo programa H2020 centrados en la manipulación aérea y la inspección usando drones, en aplicaciones concretas industriales. Las g

randes empresas, por su parte, han contribuido enormemente al desarrollo del sector, especialmente en la parte del mercado que les corresponde e interesa, que son los desarrollos de plataformas de cierto tamaño. Como iniciativas más reseñables tenemos que acordarnos de la antigua CASA, ahora Airbus Defence and Space, y de Indra, ya que ambas poseen desarrollos de gran interés para el sector como son el Atlante o el Pelícano.

Sin embargo, la gran revolución de los drones no proviene de las aeronaves y aplicaciones tradicionales aeronáuticas con la simple diferencia de no llevar el piloto a bordo, la gran revolución proviene de la mano de las aplicaciones novedosas, de la versatilidad y la autonomía total de los sistemas, que más que aeronaves son robots voladores, de ahí que en muchas ocasiones se hable de robótica aérea. En este escenario, el tejido de pequeñas empresas que caracteriza el panorama español tiene mucho que decir, y ya están diciéndolo, muy alto y muy claro. Hay multitud de empresas pequeñas y medianas que han sabido ver el potencial del sector y la amplitud del campo de aplicaciones. Algunas llevan años trabajando duro, especializándose en tecnologías de alto valor añadido y desarrollando sistemas propios tanto de software como de hardware. Existen multitud de ejemplos que podríamos sacar para mostrar que se han desarrollado productos y servicios de alto valor y muy especializados, tenemos empresas diferenciadas de su competencia con un alto grado de conocimiento y saber hacer.

Sin duda, partimos de una posición privilegiada en la carrera por el nuevo mercado emergente de las aplicaciones industriales y de servicios utilizando drones. No obstante, hay dos hechos ciertos que hacen presagiar que se aproximan tiempos complicados para la industria, especialmente para las pequeñas empresas que tan bien se han posicionado y han sabido identificar el nicho de mercado, pero que siempre son el eslabón más débil.

Actualmente las tecnologías de robótica autónoma está alcanzando, según todos los indicadores la cúspide de expectativas infladas en el ciclo de ‘Gartner’, lo cual precede a la caída en el denominado abismo de la desilusión. Esta decepción no es nada bueno para la caja, claro, y conlleva la desaparición de muchos actores. El segundo hito que se alcanzará en breve es la regulación definitiva del sector. Actualmente se está trabajando en un limbo normativo, no sólo en lo que se refiere a la operación en sí de sistemas autónomos sino también en lo que se refiere a equipos, recambios, etc. Cuando haya una regulación y normativa, los sistemas serán mucho más seguros, al igual que las operaciones, pero también serán, probablemente, más caros, tanto de construir como de operar, y eso tampoco es bueno para la caja y también llevará aparejada la desaparición de operadores.

Partimos de una posición de privilegio, tenemos la experiencia, el conocimiento y la disposición, pero no está todo el trabajo hecho, se aproximan tiempos duros en los que saldrán adelante menos operadores y desarrolladores de los que actualmente hay, pero estos serán los más fuertes y mejor preparados.

Foto: Atlante de Airbus DS



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