Sánchez conoce los nuevos RPAS Predator B del Ejército del Aire
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Sánchez conoce los nuevos RPAS Predator B del Ejército del Aire

Pedro Sánchez junto a uno de los RPAS Predator en la base aérea de Talavera. Foto La Moncloa
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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visitó el pasado viernes la base aérea de Talavera la Real (Badajoz) donde conoció el nuevo sistema remotamente tripulado Predator B que acaba de entrar en servicio en el Ejército del Aire español. 

El coronel jefe del Ala 23, Jesús Rodríguez de Castro, explicó al presidente del Gobierno las características de este dron y las misiones para las que está diseñado el aparato. Acompañado por la delegada del Gobierno en Extremadura, María Yolanda García Seco, Sánchez pudo ver en la pista de la base uno de los cuatro ejemplares adquiridos por España y la estación de control terrestre instalada en un hangar.  

El Gobierno señala que estos aparatos, con una envergadura de 20 metros, están enfocados a labores de inteligencia y su incorporación al Ejército del Aire supone una importante mejora de sus capacidades, como la vigilancia transfronteriza, eliminando el riesgo de exposición de la tripulación. 

El Ejército del Aire recibió oficialmente la semana pasada sus drones Predator, tras superar el sistema las pruebas realizadas durante el último año por la Dirección General de Armamento y Material (DGAM). La Fuerza Aérea operará cuatro aviones MQ-9 Predator B (NR.05, según la denominación interna), adquiridos a la firma estadounidense General Atomics en 2016. Los dos primeros llegaron a España en diciembre de 2019, mientras que los dos restantes lo hicieron en noviembre de 2020.  

El contrato también incluye tres estaciones de control terrestre (GCS, por sus siglas en ingles) y equipos asociados para las misiones. Los drones quedarán encuadrados en el 233 Escuadrón del Ala 23 de Talavera la Real, que será su base principal, aunque también podrán actuar desde el aeródromo de Lanzarote (Canarias). 

El Predator es un RPAS de la categoría MALE (media altitud y gran autonomía, por sus siglas en inglés). Las Fuerzas Armadas españolas no disponían hasta la fecha de este tipo de drones. Su entrada en servicio representa un antes y un después en el empleo de aviones no tripulados. La aeronave, con una longitud de 11 metros, una envergadura de 20 metros y un peso al despegue próximo a cinco toneladas, puede efectuar misiones de vigilancia, reconocimiento e inteligencia conocidas como ISR de más de un día de duración sin pisar tierra firme.  

El aparato está dotado en la parte delantera con un ‘globo ocular’ giratorio con cámaras ópticas y sensor multiespectral, a lo que hay que sumar un radar de alta resolución y antenas para el control remoto y la recepción de la señal GPS que permiten transmitir en tiempo real las imágenes al centro de operaciones.  



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