Ataques cruzados marcan la semana de mayor protagonismo de los drones entre Rusia y Ucrania

Ucrania ha lanzado su mayor ofensiva en territorio ruso desde que comenzó la guerra hace 18 meses. Aunque no han confirmado ni descartado su autoría, los ataques con drones afectaron las zonas de Moscú, Oriol, Crimea (anexionada en 2014), Kaluga, Briansk, Riazán y Pskov. De hecho, en esta última, cerca de las fronteras con Estonia y Letonia, resultaron dañados cuatro aviones pesados tipo IL-76 y el gobernador Mijaíl Védernikov debió cerrar temporalmente el aeropuerto, según informó TASS, un medio oficial del Kremlin.

Sin embargo, las autoridades rusas suelen jactarse de interceptar y derribar dichas agresiones. Por ejemplo, el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, aseguró que se trató de un “intento de ataque masivo”. En tanto, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, María Zajárova, ha advertido que "no quedarán impunes" y que habrá represalias.

La respuesta ucraniana

Al mismo tiempo, Kiev ha debido lidiar con uno de los mayores bombardeos del último tiempo. De acuerdo a información de El País, la primera ola, con drones iraníes Shahed, alcanzó la periferia de la capital ucraniana. La segunda provino de misiles disparados desde bombarderos en el mar Caspio. Se ha reportado que dos guardias de seguridad de una empresa fallecieron por el impacto de fragmentos de los proyectiles interceptados por las defensas antiaéreas.

En suma, aseguran haber derribado 28 misiles rusos y 15 de los 16 drones que se dispararon durante la noche. El jefe de la administración militar de Kiev, Serhiy Popko, publicó en Telegram que no habían experimentado "un ataque tan potente desde la primavera. El enemigo lanzó un ataque masivo y combinado utilizando drones y misiles".