​El Ejército quiere una batería antidrón Cervus III para combatir la creciente amenaza de los RPAS
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​El Ejército quiere una batería antidrón Cervus III para combatir la creciente amenaza de los RPAS

El Mando de Artillería Antiaérea trabaja para dotarse con esta solución diseñada por la industria española
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Sistema antidrón Cervus III. Foto: TRC
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El Ejército de Tierra español busca incrementar su capacidad para responder a ataques con drones, una amenaza creciente como pone de manifiesta la guerra en Ucrania. El proyecto quizás más importante en este ámbito en marcha es Cervusun sistema antidrón de diseño español desarrollado en los últimos años en estrecha colaboración con la industria nacional.  

La versión más avanzada de este sistema acaba de entregarse al Ejército de Tierra, como recogió Infodefensa.com. Tras este hito en el programa, el próximo paso es dotar con una batería de Cervus III al Mando de Artillería Antiaérea (MAAA). Así lo explica su jefe, general de brigada Ignacio Ojeda González-Posada, en el último número de la publicación Memorial de Artillería.  

“La iniciativa, impulso e ingenio mostrado por el Regimiento de Guerra Electrónica 31 y el Regimiento de Artillería Antiaérea 71, han puesto los cimientos para que se constituya a muy corto plazo, con la ayuda de todos, la primera batería antidrones Cervus III en el Mando de Artillería Antiaérea”, explica el general. 

El Cervus, ejemplo de colaboración entre industria y Fuerzas Armadas, ha mostrado resultados muy positivos en el Regimiento de Guerra Electrónica 31, impulsor del proyecto junto con el Regimiento de Artillería Antiaérea 71. En los dos últimos años, estas unidades y un grupo de empresas liderado por TRC han desarrollado un sistema antidrón prácticamente desde cero en distintas fases en las que han incorporado de forma progresiva distintos equipos hasta llegar a la solución final, Cervus III. El sistema incluso ha sido evaluado en misiones, en concreto, en los despliegues en Mali y Letonia. 

Cervus III 

Cervus III cuenta con un sistema de mando y control, el cerebro podríamos decir, que con inteligencia artificial fusiona la información de radares, cámaras, antenas de radiofrecuencia, inhibidores y una torre remota Guardian de 12,7 mm. Esta última aporta la capacidad de hardkill (neutralización). El operador con un clic de ratón controla todos estos sensores. 

El sistema mira hacia arriba (drones) pero también detecta todo lo que se mueve por tierra firme (vehículos terrestres no tripulados o UGV). Por parte de la industria de defensa han formado parte del proyecto media docena de empresas españolas: Grupo TRC, al frente del programa como integrador; Escribano, con su sistema electroóptico Oteos y la torre remota; ART, con el radar; Hispamast, con el mástil; y ATL, con el inhibidor. 

La cámara Oteos puede ver hasta a 20 kilómetros, mientras que el radar tiene un alcance de entre cinco y diez kilómetros. También cuenta con antenas sectoriales de radiofrecuencia para localizar la amenaza y con un sistema de inhibición inteligente, otra antena, en este caso, directiva. Pero si son muchos los drones, un enjambre, el sistema cuenta con una ‘seta’, una antena unidireccional que crea una burbuja contra los drones alrededor del vehículo. 

Además, el Cervus incorpora un dron cautivo que puede desplegarse sobre el vehículo a una altura de 100 metros para ampliar la visión. El dron se maneja con un ordenador, en lugar de radiofrecuencias. A todo esto, hay que sumar la torre remota que funciona como sistema hard kill, si al final hay que abatir la amenaza. La mayoría de estos sistemas están instalados sobre un vehículo Vamtac ST5. 

El jefe del MAAA también apunta en un artículo que el objetivo es que “la nueva batería antidrones se utilice en su cometido principal, en misiones internacionales, nacionales y ejercicios” para “expandir no solamente la importancia que tiene la lucha contra drones, sino experimentar y mostrar las posibilidades que ofrece la definitiva integración de la tercera dimensión en beneficio de nuestras organizaciones operativas terrestres”. 

“El empleo en masa y simultáneo de amenazas no tripuladas de bajo coste, está ya al alcance de países de poca capacidad económica, organizaciones terroristas, grupos irregulares o similares. Por ello, la lista de objetivos a proteger en territorio nacional como en las organizaciones operativas está creciendo y crecerá, en igual medida, de forma exponencial, siendo una amenaza transversal”, reflexiona el general Ojeda. 

Ya están en servicio tres versiones o “conceptos” del sistema Cervus. La primera ya ha sido probada en misiones en Mali, la segunda está desplegada en la actualidad en Letonia, y la tercera, la más avanzada. La idea ahora es actualizar las dos primeras versiones con los sensores de la última. El objetivo, llegar a esa batería Cervus, de la que habla el jefe del MAAA.   




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