Windracers se desplaza hasta la Antártida para probar el avión autónomo Ultra UAV en condiciones extremas
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Windracers se desplaza hasta la Antártida para probar el avión autónomo Ultra UAV en condiciones extremas

British Antartic Survey planea convertir la aeronave en su herramienta principal para llevar a cabo estudios científicos aéreos y evaluar estructuras glaciológicas
Windracers Antártida
Avión Ultra UAV desplegado en la Antártida. Firma: Windracers
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Un equipo de ingenieros de la compañía británica Windracers, especializada en el diseño y desarrollo de plataformas de carga para labores de logística aérea, se ha trasladado recientemente hasta la Estación de Investigación Rothera, ubicada en la Isla Adelaida, frente a la península Antártica, para poner a prueba el dron Ultra UAV.

La campaña validará las capacidades del sistema en condiciones climáticas extremas, con el objetivo de valorar su futura implementación en las operaciones científicas de British Antartic Survey (BAS) en el continente helado, ofreciendo el potencial de realizar experimentos a un menor costo y con una huella de carbono menor que la de la aviación tripulada convencional.

Dron preparado para entornos extremos

El Ultra UAV es un avión bimotor de alas fijas con una envergadura de 10 metros, capaz de transportar hasta 100 kilogramos de cara útil o sensores en un rango de 1000 kilómetros. Al incorporar un alto nivel de redundancia, la aeronave puede continuar volando incluso si uno de los motores o componentes está dañado o falla. Además, ha sido diseñado para poder repararse de forma rápida y sencilla, con una cantidad mínima de piezas.

Gracias al sistema de piloto automático Masterless, desarrollado y patentado por Distributed Avionics, la plataforma puede despegar, volar y aterrizar de forma segura con un control reducido por parte del operador en tierra. Por otro lado, al ofrecer un impacto de carbono más bajo que los aviones convencionales, el Ultra desempeñará un papel clave en los planes de British Antartic Survey para alcanzar cero emisiones netas para el año 2040.

Implementación de UAS en el ámbito científico

En la actualidad, BAS realiza la mayor parte de sus trabajos de reconocimiento con aviones Twin Otter, que operan bajo un intenso régimen logístico y científico durante la temporada de campo. Si se implementan, los drones se utilizarán como herramienta principal para los estudios aéreos, permitiendo aumentos en el tiempo de vuelo y la cobertura geográfica, al mismo tiempo que se aprovecha su configuración flexible para montar instrumentos de medición y mapeo.

El menor coste y la mayor seguridad de volar UAV durante largos períodos también podría posibilitar la recopilación de datos científicos de mayor fidelidad. Además, se podrían desplegar múltiples plataformas aéreas como un único sistema unificado, utilizando la tecnología de enjambre o Swarm impulsada por inteligencia artificial.

Según el geofísico de BAS especializado en datos aéreos, Tom Jordan, “demostrar que los vehículos aéreos no tripulados pueden recopilar de manera sólida y rutinaria una amplia variedad de información es realmente emocionante para el futuro de la ciencia antártica”. Jordan explicó que “la ciencia polar necesita una urgencia conjunta de datos extensos de alta resolución para comprender las formas en que está cambiando la capa de hielo de la Antártida y cómo esto afectará a las comunidades de todo el mundo”.

Estudios aéreos no tripulados

Los estudios de tipo Airbourne, se utilizan para una variedad de disciplinas científicas relevantes para la ecología, la geología atmosférica, la glaciología y el estudio de los ecosistemas oceánicos. Durante las pruebas, los Widracer Ultra se implementarán en tareas para el estudio de áreas ambientales protegidas y para la evaluación de la cadena alimentaria marina; para investigar estructuras tectónicas con sensores magénticos y de gravedad; para evaluar estructuras glaciológicas utilizando radares aéreos; y para probar una sonda de turbulencia atmosférica que estudia los procesos de la capa límite que acoplan el océano y la atmósfera.

El proyecto está financiado por el Future Flight 3 Challengre de Innovative UK y forma parte del programa piloto denominado Protección de entornos con enjambres de vehículos no tripulados, cuyo objetivo es “demostrar cómo se puede utiliza la tecnología avanzada de drones para recopilar datos medioambientales en la Antártida”. La iniciativa está siendo posible gracias a la asociación entre Windracers, Distributed Avionics, Helix Geospace, Lancashire Fire and Rescue Service, National Environmental Research Council BAS, la Universidad de Bristol y la Universidad de Sheffield.



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