La empresa española Arquimea y Lockheed Martin Skunk Works, división del gigante de defensa estadounidense centrada en el desarrollos aeroespaciales, han completado el desarrollo de una tecnología que dota a los sistemas de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (ISR), utilizados por los drones y otras plataformas tripuladas, de un mayor capacidad para detectar anomalías durante el escaneo de una determinada zona en una misión. Esta tecnología, según las compañías, "reduce significativamente el número de exploraciones que un sensor debe realizar para identificar patrones inusuales o desviaciones del comportamiento esperado en datos, sistemas o procesos -específicamente en los espectros electroóptico e infrarrojo-, mejorando drásticamente la detección de cambios en las características físicas, lo que simplifica y agiliza la toma de decisiones en entornos estratégicos".Esta capacidad ha sido ya evaluada con éxito a bordo de un sistema aéreo no tripulado (UAS) sobrevolando un entorno selvático.
Inicialmente se ofreció a las Fuerzas Armadas del Reino Unido, que se convirtieron en nuestro primer cliente en utilizar el servicio de vehículos aéreos no tripulados instrumentados de Saab para escenarios de entrenamiento en vivo", explicó el director de la unidad de negocios de Entrenamiento y Simulación de la compañía sueca, Joakim Alhbin, durante la presentación del producto en I/Itsec.El entrenador expande aún más la cartera de productos no tripulados y autónomos de Saab, que también recibió una nueva incorporación a principios del pasado mes de noviembre, cuando el conglomerado presentó Ocean Core, un sistema de control remoto "ready to use", diseñado para proporcionar capacidades de autonomía a vehículos de superficie (ASV) y vehículos submarinos (AUV) en misiones civiles y militares como, por ejemplo, la exploración de infraestructuras del fondo marino, el entrenamiento de guerra antisubmarina o la búsqueda y desactivación de minas y otros artefactos explosivos.
Para hacer frente a estas amenazas, las empresas Escribano M&E y Thales han cerrado una alianza para el desarrollo Sentinel Rocket, un sistema lanzacohetes conjunto para neutralizar drones tanto en tierra firme como en el mar. Ambas compañías han firmado el acuerdo esta semana en la feria parisina Eurosatory.
Estas ofensivas generarían condiciones de navegación peligrosas o errores de cálculo, poniendo también en peligro a las embarcaciones colindantes.Requisitos operativos de mitigaciónEl material guía del gobierno británico propone diferentes opciones para mitigar las amenazas de los drones, como el “endurecimiento del objetivo del recipiente” para agregar protección a la embarcación y su tripulación; el uso de guardias armados que actúen como observadores y utilicen efectores cinéticos de neutralización; la creación de planes de gestión de respuesta a incidentes con drones que formalicen procesos y actividades que se llevarían a cabo si ocurriese una amenaza; la realización de ejercicios y simulacros regulares de entrenamiento en eventos con drones, que sirvan para capacitar a las tripulaciones y garantizar que estén preparadas para estas maniobras; la colaboración con agencias de seguridad marítima para facilitar la recopilación de inteligencia y el intercambio de información; y la ejecución de campañas de concienciación y disuasión con drones, que eviten de manera pasiva el desarrollo de actividades ilícitas.Una vez identificadas las amenazas y establecidos los requisitos operativos de mitigación, las compañías de transporte marítimo también pueden considerar la compra o el arrendamiento de sistemas antidrón o C-UAS de distinto tipo: analizadores pasivos de radiofrecuencia, sensores de radar, sensores ópticos, acústicos, sistemas cinéticos, de interferencia, de suplantación de identidad, drones cazadores o armas de energía, entre otros.Consecuencias de las acciones de mitigaciónEl Gobierno del Reino Unido recuerda en el documento que “mitigar una amenaza dron potencial puede tener varias consecuencias, algunas de ellas involuntarias”.
La solución antidrón debe ser capaz de hacer frente a ataques de saturación, ya que, como explica Chasillan, “si 150 aeronaves no tripuladas atacan a la multitud durante la ceremonia de apertura y una de ellas pasa, es suficiente para causar problemas, especialmente porque la zona que rodea al río Sena está conformada por muchas calles perpendiculares que pueden actuar como corredores de acceso para drones”.Teniendo en cuenta esta coyuntura, el Gobierno y el Ejército del Aire y del Espacio francés están centrando sus esfuerzos en desarrollar medidas alternativas, que se adoptarán en el caso de que no se consigan solucionar los problemas existentes.
La publicación desaconseja el uso de estos drones en base a las leyes promulgadas por la República Popular de China (PRC), que proporcionan a su Gobierno los mecanismos legales necesarios para acceder y controlar libremente los datos que poseen las empresas nacionales.
Este sistema ya está en servicio en el Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) del Ejército del Aire situado en la base aérea de Zaragoza.