C. Martínez Robodronvi "El uso de drones en los viñedos reducirá el consumo de fitosanitarios"
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C. Martínez Robodronvi "El uso de drones en los viñedos reducirá el consumo de fitosanitarios"

Doctora Carmen Martinez viticultura Robodronvi
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Dentro del grupo de investigación del CSIC Misión Biológica de Galicia (MBG) trabaja el grupo supraautonómico Robodronvi, que investiga el uso de robótica y, en concreto, de sistemas aéreos no tripulados (UAS) en los viñedos españoles. Infodron.es consultó a la directora del grupo de viticultura que trabaja en el proyecto, Carmen Martínez, para conocer el estado de la investigación en la que participan otros dos centros de investigación, dos asociaciones y ocho empresas, todas ellas con competencias en viticultura o robótica.

Martínez es doctora en biología y, del trabajo del grupo Robodronvi, destaca que el objetivo es "llevar las nuevas tecnologías para facilitar el trabajo en los viñedos e intentar reducir al máximo la aplicación de tratamientos fitosanitarios, haciéndolos lo más eficaces posible". La doctora aseguró que el uso de un robot que sea capaz de aplicar tratamientos únicamente en las zonas afectadas, "reduciría considerablemente el gasto en producto fitosanitario, haría mucho más respetuoso con el medioambiente el manejo de enfermedades en los cultivos y facilitaría la labor del agricultor".

¿Cuál es el papel del grupo de viticultura que dirige?

Nuestra función en este proyecto va a ser validar los datos que están enviando los drones y lo que hace el robot en el campo. También es nuestra función decir qué datos deben extraerse o a qué zona del viñedo debe ir el robot. Cuando el autómata haga esa actuación en campo, nosotros tendremos que comprobar junto con los técnicos de bodega que la actuación ha sido eficaz. El objetivo es también desarrollar robots que sean asequibles económicamente y que sean rentables, eso también lo vamos a estudiar en el marco del proyecto.

¿En qué punto se encuentra el desarrollo de la investigación?

Esta primera fase es para dar entre todos los objetivos y planificar un proyecto de investigación de gran altura, en el que participemos todos. Se les ha pedido a las cuatro bodegas que participan (Bodegas Matarromera de Castilla y León, Puerto Fino de Andalucía, Viticultores Heroicos Asturianos y Bodegas Terras Gauda de Galicia) que hagan una lista de aquellas tareas que les gustaría realizar, y nosotros lo que haremos será desarrollar flotas de robots tierra-aire que sean capaces de llevar a cabo esas funciones en los viñedos.

Entre las peticiones de los agricultores, ¿cuáles han sido las más destacadas?

En el tema de enfermedades todos coincidían en que sería muy bueno poder contar con drones que sean capaces de aplicar tratamientos localizados. Otra cuestión es el desarrollo de un robot que sea capaz de predecir con antelación suficiente la cantidad de cosecha que va a haber. Por ejemplo, dos meses antes de la vendimia, poder predecir más o menos los kilos de producción que se va a sacar, para que las bodegas puedan tomar decisiones con antelación. También nos solicitan trabajar en el tema de malas hierbas, y se trataría de trabajar para que la solución robótica fuese adaptable a la situación de cada viñedo, porque en esta cuestión no tiene nada que ver uno de Andalucía con otro de Galicia o Asturias.

¿Las distintas características de cada zona representan una dificultad?

Trabajamos con bodegas de distintos puntos de España precisamente para recoger la variabilidad. También hay muchos problemas comunes que podría resolver un mismo sistema no tripulado, pero luego hay cuestiones específicas. Por ejemplo en Andalucía un terreno de albariza es muy diferente a un terreno de fuerte pendiente como puede ser el de la zona vinícola asturiana, ahí el robot tendría que estar diseñado para poder trabajar en los dos tipos de terreno. Influye también el tipo de poda de cada viñedo.

¿Tienen ya conclusiones que hayan trasladado al grupo de robótica?

Esta primera fase era para reunirnos, constituir el grupo de trabajo con las empresas y los equipos de investigación, y a partir de ahora si nos conceden el gran proyecto, seguir adelante.

¿Cuándo tienen que solicitar el presupuesto para continuar? ¿Esperan conseguirlo?

Lo solicitaremos a final de año. Hemos hecho una memoria de todo el trabajo que hemos realizado a lo largo de este primer año, que tengo que decir que ha sido muy fructífero e interesante. Han surgido muchísimas posibles soluciones que creo que pueden ser de gran interés para el sector vitivinícola español e internacional. Somos optimistas, de hecho cuando solicitamos la primera fase había más de 400 solicitudes de las que se aceptaron solo 40, y nuestra propuesta quedó en el número seis, con lo cual esperamos que nos lo concedan. Lo estamos deseando, porque tanto desde el punto de vista científico y técnico como para las empresas creo que puede ser muy beneficioso. 

¿Cuánto duraría la segunda fase?

Taller del grupo supraautonómico Robodronvi, drones en viticulturaTendría cuatro años de duración. Estamos muy ilusionados porque vemos muy claro que se pueden hacer muchísimas cosas, y además tenemos suerte porque hay un ambiente magnífico dentro del consorcio, lo que es fundamental para que sea un éxito. En el marco del proyecto hemos hecho unos talleres con chicos de 14 y 15 años para mostrarles qué puede hacer un dron y cómo se recogen datos. El primero se ha hecho en las Bodegas Terras Gauda, en Pontevedra, y tenemos previsto hacerlo en cada bodega que forma parte del grupo de investigación.

Taller del grupo supraautonómico Robodronvi, drones en viticultura¿Hay reticencias en el sector agrícola a trabajar con estas tecnologías?

Sí, hay algo de miedo, todo el mundo que nos ve desde fuera nos pregunta si esto va a sustituir al hombre y acabar con la tradición. Siempre les decimos que no, que no hay que tenerle miedo a las nuevas tecnologías ni a la robótica, porque para nada va a acabar con el trabajo del hombre sino que, bajo mi punto de vista, va a facilitar los trabajos y hacer más rentables las explotaciones. Va a ser un valor añadido e incluso creo que este proyecto nos va a ayudar a poner en valor la tradición, nuestra cultura y todo lo que hay alrededor de un viñedo y un vino.

¿Cómo de necesaria será la inversión en formación por parte de los agricultores para adaptarse a las nuevas técnicas?

Será necesario que se formen, pero como han venido formándose hasta ahora. No es lo mismo la viticultura de hoy que la que había en el siglo XX o en el XVII y XVIII, cuando no había las estructuras que hay hoy. Por otro lado, también hay que tener en cuenta que las nuevas tecnologías cada vez desarrollan modos de manejo más intuitivos. Será necesaria cierta formación pero no creo que sea insalvable.

¿Hasta qué punto es protagonista la ayuda que el manejo de drones puede proporcionar en el campo?

Es protagonista porque el objetivo es trabajar con flotas de robots tierra-aire, y los robots de aire podrían ir montados en drones. También se utilizarían los UAS para la toma de determinados tipos de datos sobre el estado nutricional de las cepas o sobre la presencia o aparición de síntomas de enfermedades. Tenemos además una plataforma de manejo de cultivo a través de la cual los viticultores pueden entrar y ver los datos sobre su viñedo.

Foto: La doctora en Biología y directora del grupo de viticultura del proyecto Robodronvi, Carmen Martínez



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