Rusia ensaya en Siria con RPAS de hidrógeno
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Rusia ensaya en Siria con RPAS de hidrógeno

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Moscú busca incrementar el tiempo de vuelo de sus drones empleando hidrógeno como combustible. Sus fuerzas armadas han utilizado el teatro de operaciones de Siria para ensayar con un nuevo sistema que además reduce el rastro de calor de las aeronaves frente a misiles dotados con detección infrarroja.

Un alto representante de la industria militar ha revelado a la agencia gubernamental rusa Ria Novosti el uso de esta tecnología durante las operaciones que la Fuerza Aeroespacial de Moscú llevó a cabo desde el año pasado y hasta este mismo 2016 en el país de oriente medio.

“Muchos de los drones usados en Siria”, apuntó, “emplearon hidrógeno como combustible”. Su uso permite a una aeronave del mismo peso que otra en la que se emplee gasolina o queroseno volar durante tiempos más prolongados. Además, la menor pérdida de los motores de estos aviones reduce las posibilidades de que el enemigo pueda detectarlos.

El uso de hidrógeno para impulsar aeronaves remotamente tripuladas (RPAS) y obtener una mayor autonomía de vuelo no es nuevo. Empresas como la británica Cella Energy ya han ensayado la propulsión de estos sistemas mediante hidrógeno sólido, como publicó Infodron.es el pasado febrero. Anteriormente, la también británica Intelligent Energy anunció un nuevo sistema híbrido de propulsión para drones en el que se combina una célula de hidrógeno con una batería de litio de carga rápida, con el objetivo de incrementar la capacidad operativa de estas aeronaves.

Los cinco meses y medio que duró la operación rusa sobre suelo sirio han supuesto un importante impulso a su industria militar, como ha recogido infodefensa.com. De acuerdo con los cálculos de expertos citados por el periódico económico moscovita Kommersant la publicidad a raíz de los bombarderos que ha ejecutado en el país le puede llevar a firmar contratos por un valor global de entre 6.000 millones y 7.000 millones de dólares, más de diez veces el coste total de la misión.

Además del negocio que la industria militar rusa puede extraer a esta guerra, que ha dejado más de 200.000 muertos y por encima de los tres millones de desplazados hasta el momento, con la venta de modelos de armas empleadas en ella, también le ha aportado un enorme campo de pruebas para nuevos desarrollos, como el uso de hidrógeno en drones.

Las fuentes explican que tras la retirada parcial de las fuerzas rusas, iniciada el pasado 15 de marzo, estos drones están siendo sometidos a pruebas para descubrir las secuelas en su funcionamiento del calor y lar tormentas de arena.

Fotografía: Ministerio de Defensa de Rusia



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